"Aventuras de Arthur Gordon Pym" (1838) de Edgar Allan Poe
A ver, es una narración típica de la época, con naufragios, racismo, colonialismo, etc. Lo destacable acá es EL FINAL… Es un final que da completamente vuelta a este género, mostrando un tópico casi no visto en la literatura de la época, y que sería luego retomado por Lovecraft: el terror ante lo ominoso, lo arcaico, todo aquello que nos hace ver lo insignificante que somos.
Un pequeño resumen (con spoilers) de la trama: Arthur narra sus aventuras en el mar, desde su primera navegación fallida que casi lo mata, hasta el desafortunado embarque como polizón en una nave ballenera que lo conducirá a interminables penas y descubrimientos. Toda su experiencia en el mar está plagada de desgracias, pero su intención siempre es la de continuar, a veces haciendo caso omiso a las muertes de sus allegados. En una nave que lo recoge luego de naufragar por meses, Arthur se ve yendo al Sur para explorar las tierras antárticas. Allí se encuentran con una tribu y tierras cada vez más extrañas; donde, luego de muchas muertes y desesperación va a parar a la entrada de una cortina de vapor que cae del cielo y cubre todo el horizonte, siendo abierto un paso por una gigantesca figura humana blanca.
Exitosamente me cuidé de no ser spoileado sobre lo que ocurría en esta obra que ya tiene 184 años, y puedo decir que no me esperaba el cambio tan abrupto de los últimos capítulos. Durante gran parte de la obra se narran naufragios, motines, muertes y exploración náutica, todo dentro de lo esperable en ese género. Pero siempre todos estos episodios son narrados con un tinte oscuro y siniestro. Gran parte de la trama sigue características que Poe pudo perfectamente sacar de otros textos que circulaban por la época: textos de navegación, de exploración, de naufragios. Seguido por un mapa, el escritor anota con exactitud las coordenadas de cada isla por la que transitaban los personajes (yo lo seguí por Google Maps), dando verosimilitud a toda esa parte del libro. Podría aventurarme a colocar el punto en que las cosas escapan a la realidad en el viaje que hacen en busca de las Islas Auroras, unas islas inhabitables que algunos navegantes ven y otros no; ellos no pudieron verlas, sin embargo, existen. En este punto pivote en que lo real es y no es, de ahí todo hacia el Sur ya no tendrá lógica con la realidad construida hasta entonces en el relato de Poe. Dejamos el clásico género de náufragos para irnos a cosas más sobrenaturales, sin que antes se rompiera lo natural (a lo sumo había elementos extraños, pero no tan disruptivos). La Antártida, un misterio para la época (el relato es de 1838, y recién en el siguiente siglo se harían más importantes descubrimientos geográficos), se va tornando más cálida y calma, con islas con vegetación y tribus viviendo sin problemas con el clima. De repente hay abismales grietas en la tierra que recorren los personajes y que luego se deja entender que son jeroglíficos escritos hace tiempo por una mano imposible en tres idiomas de tres civilizaciones antiquísimas. Y finalmente, un enorme ser con figura humana les abre paso a través de una cortina de vapor que cubre el mar, permitiéndoles entrar al Polo Sur en un mar lechoso e iluminado desde las profundidades. La narración se interrumpe con la muerte de Pym mientras la escribía, dejándonos en un misterio que quizás Julio Verne o H. P. Lovecraft logren resolver (La esfinge de los hielos y En las montañas de la locura respectivamente, son mis próximas lecturas).
Todas las fallas en la narración o cosas que tan solo no me gustaban, pude salvarlas leyendo las notas introductoria y final. Allí se nos explican las tres manos que escriben el relato: Arthur, Poe (como un escritor experto que pone la revista donde se publica periódicamente), y un escritor sin nombre que escribe la nota final. Así podemos suponer que todo el racismo y colonialismo imperante en la novela es “propio de Arthur” y no de Poe, quien solo escribe algunas partes del relato; me sustento en esta idea por lo que sucede justamente en el final: se nos revela una oposición entre lo blanco y lo negro. Pero la información no es mucha. Los cristianos que iban en el barco son blancos y tienen cosas blancas y por eso son enterrados vivos con tierra negra por los “salvajes” que son completamente negros, su maldad más atroz vendría de su terror hacia lo blanco; mientras que lo blanco, en algunos animales extraños y en el ser con figura humana del final, no muestran grandes signos de amenaza pero tampoco de amistad, más allá del temor que los nativos les tienen. De esa figura humana no sabemos más que es inofensiva, ya que Arthur y Peters salieron con vida de allí; por lo que aquel podría tener muchas interpretaciones. Mi lectura va de cómo un personaje racista, como Arthur (y su sociedad racista), se enfrenta a algo que supera esa dicotomía de “nosotros” (Arthur y el mundo civilizado) y “ellos” (lo salvaje, negro, mestizo); esto es ese ser ominoso y arcaico que aparece al final, a cuyo mundo entran tanto un blanco (Arthur), como un mestizo, cruza entre blanco e indio americano (Peters, a quién al inicio Arthur describe muy monstruosa y despectivamente). Eso sería lo que Poe querría representar a mi parecer. Y que luego fue retomado por Lovecraft pero incluyéndole más racismo.
Resta destacar lo malísima que es la edición de la editorial Claridad y la traducción de Ana G. Burger. Está lleno de errores de tipeo que se hubieran salvado con una simple lectura (su gran enemigo sin duda son las vocales tildadas, ante las cuales tan solo se eligió dejar un espacio en blanco). Otro error importante para mí es el título: The narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket puede traducirse mejor a La narración de Arthur Gordon Pym, antes que Aventuras de…, ya que incluso hay una explicación en el texto de por qué es una narración (alguien lo cuenta con un propósito, no son historias en el aire como implicaría el título Aventuras de…).
Sobre esto último, tanto la Nota introductoria como la Nota final me parecen una excelente explicación de todas las circunstancias de su publicación, apelando aun a la idea de la existencia de un Arthur Gordon Pym, y que Edgar Allan Poe no es más que un escritor que contrataron para ayudar (nótese la similaridad de los nombres). Así, en la Nota Final se nos explica cómo la muerte no natural de Pym (al momento de que en su narración entra en el mundo de ese ser blanco y “purísimo”) deja el relato sin final.
Por último, esta edición no incluye las imágenes de los cruciales jeroglíficos del final, y, habiendo leído el texto original me di cuenta de que se omiten bastantes oraciones, casi como si se resumiera antes que se tradujera.
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