"La campana de cristal" (1963) Sylvia Plath
Esther
vive una vida que aparentemente podría ser vista como normal e incluso deseable,
sin ninguna carencia física y dotada de un don para conseguir excelentes
calificaciones, sin embargo, los males que aquejan a su mente son los que hacen
que su existencia se vuelva cada vez más y más compleja. Inmersa en un mundo lleno de expectativas sobre lo que
unx debe aspirar y debe ser (siendo los mandatos aún más fuertes y estrictos
sobre las mujeres), su lucha para transitar una enfermedad mental se verá
truncada por las maneras y métodos con que eran concebidas y tratadas en ese
entonces por la medicina de la época las personas que las padecían. A esta
pugna por la afirmación de una identidad desencajada, hay que agregarle las
vicisitudes que le acontecen y que remarcan aún con más fuerza esa impotencia y
fragilidad en la que podemos caer como seres humanos y más cuando no hay un
apoyo institucionalizado.
“Parecía tener una identidad
propia, separada, obstinada, que se negaba a ser lavada y doblada y ordenada.”
Al
día de hoy, sus cuestionamientos sobre la maternidad, el matrimonio y la salud mental siguen vigentes y hacen que su
lectura sea aún más trascendente.
Esta
novela semi-autobiográfica debe leerse con total empatía y la recomiendo con
cautela, puesto que para muchxs puede ser muy fuerte la manera tan explícita de
narrarse algunos acontecimientos. Pienso que es un libro que me permitió
ponerme por un momento en los zapatos de las personas que padecen esta
enfermedad y por eso lo valoro muchísimo, porque desde fuera todo es fácil para
todxs pero uno nunca sabe lo que otra persona puede estar viviendo y muchas
veces debemos recordar que lo que para unx es fácil, para otra persona puede
ser el fin del mundo. Por eso considero importante su lectura, además del hecho
de que es muy genuina la obra a la hora de expresar los sentimientos, miedos,
obsesiones, sueños, fantasías y frustraciones. Debo confesar que llegó un momento
en el que me detuve porque el libro tocó una fibra muy fuerte de mi persona, pero
eso no hizo que me detuviera. Quería saber qué pasaría con Esther, verla
sumirse en una depresión cada vez más fuerte me derrumbaba, aunque al menos
sentía que la escuchaba.
Espero
que, si se deciden a acompañar a Esther a través de la lectura de este libro me
cuenten qué tal o si ya lo leyeron me digan qué les pareció. Y sobre todo, si están
atravesando una situación similar no duden en buscar ayuda profesional.
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Título
original: “The Bell Jar”
Año
de publicación: 1963
Traducción:
María Elena Rius
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