"1984" (1949) GEORGE ORWELL

 

¿Podrías ocultar tus más íntimos pensamientos de ti mismo a tal punto de olvidarte de que los tienes?, ¿qué hacer cuando parece que la única opción es sucumbir?, ¿cómo poder enunciar algo para lo que ya no hay palabras?, ¿qué pasa si el repertorio para expresar sentimientos, sensaciones y pensamientos es controlado por alguien más? ¡Alguien que te está V I E N D O todo el tiempo!


Esta novela política de ficción distópica (1949) es de las imperdibles de la vida. La mirada tiene una importancia fundamental y esto porque todo lo que sucede en esta Londres ficcional está siendo controlado por El hermano mayor, y no a la manera arquitectónica del panóptico foucaltiano, sino más bien con una realidad tecnológica que nos es menos ajena en nuestros tiempos: la de las telepantallas. Con una ligereza de pluma y el uso de la tercera persona, es como Orwell nos introduce en la vida de Winston Smith, un hombre de 39 años, miembro del Partido que gobierna esa ciudad, la principal de la Franja Aérea Uno, ubicada en Oceanía. La sociedad retratada en la novela cuenta con su idioma oficial, Nuevalengua. Es así que la base sobre la que se sustenta esta obra es la de que el lenguaje determina nuestro pensamiento, por lo que el control que se busca ejercer es total. El totalitarismo, en esta distopía, tiene toda una base conformada por cuatro Ministerios (Minivre, Minipax, Minimor y Minidancia) que son los encargados de que todo funcione y esté controlado allí. La sexualidad, las relaciones interpersonales y todo tipo de desenvolvimiento social está prohibido también, pues lo que busca el Partido, de carácter sumamente totalitario, es la homogeneidad de todos los integrantes, por lo que la subjetividad no puede ser expresada, no debe existir. Y por si fuera poco, las nuevas generaciones son adoctrinadas, a tal punto, que solo nacen para poder ser un engranaje más de esa gran máquina de control y ejercicio de poder de parte del Partido. Los lazos familiares, los sentimientos que pueden surgir entre dos personas tampoco tienen cabida, los niños se vuelven otra arma más a la que temer.


“Al futuro o al pasado, a un tiempo en el que el pensamiento sea libre, en el que los hombres sean diferentes unos de otros y no vivan solos… a un tiempo en que la verdad exista y lo que se haga no se pueda deshacer. Desde la época de la uniformidad, desde la época de la soledad, desde la época del Hermano Mayor, desde la época del doblepiensa… ¡saludos!”




“Si el Partido podía echar mano al pasado y decir de este o aquel acontecimiento: <<Nunca ocurrió>>, era mucho más aterrador que la mera tortura y la muerte.”


Si como lector lo que buscas es un horror lógico (a la manera kafkiana, pero no de Kafka) esta es tu novela. Yo la tenía pendiente desde siempre y por fin la pude comprar y leer. Me ha sido imposible parar una vez que le agarré el ritmo y sólo lo hacía porque tenía que estudiar. Orwell apela a tus sentimientos en este viaje en el que acompañas a Winston, y no obstante, también apela a tu intelecto, te muestra lo bien estructurado que está construido el aparato de control tanto física como emocionalmente. No podía no detenerme a pensar en la similitud de lo narrado con la sociedad en la que vivimos y en la importancia de cuidar la memoria histórica. Sin duda, fue un visionario que pudo plasmar la manera en la que nos controlarían y manipularían hasta tal punto de que no sepamos cuál es la verdad, dejando de lado todo tinte filosófico sobre el concepto. Una frase que me quedó para siempre y en la que creo puede resumirse todo el libro es: “La libertad consiste en decir que 2+2 es igual a 4”. Siento que podría decir un montón de cosas más, pero ¿cómo no? Si es “1984”, siempre me voy a quedar corta, así que mejor lxs dejo vivir la aventura. Si ya la leyeron ¿qué les pareció? ¡Cuéntenme! ¡Lxs leo!


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Título Original: Nineteen Eighty-Four

Primera edición bajo este sello: octubre de 2013

Traducción de: Miguel Temprano García

2016, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A. 

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