“Tres guineas” (1938) por Virginia Woolf

 


Este libro no es tan conocido como A room of one’s own y sin embargo, puede leerse como una continuación del mismo. Me parece maravilloso el modo en que se da inicio a esta no ficción, imaginando y describiendo a la persona que va a estar del otro lado de esta carta (dividida en tres partes) y que responde a la pregunta ¿cómo, en su opinión podemos impedir la guerra? El procedimiento es una puerta de entrada para hablar del lugar de ese otro (un hombre) y el lugar de ella como mujer en la Inglaterra del siglo XX. Así, es como se inicia este análisis profundo sobre las injusticias de las que es y ha sido víctima la mujer, no sin la perspicacia, belleza y exhaustividad característica de Virginia.


“La mente de la mujer se educaba con vistas al matrimonio. Con vistas al matrimonio ella repiqueteaba los dedos sobre el piano, pero no la dejaban unirse a una orquesta; dibujaba inocentes escenas domésticas, pero no la dejaban estudiar desnudos; leía ese libro, pero no la dejaban leer ese otro; seducía y conversaba”.

Se muestra, entonces, cómo la mente y el cuerpo de la mujer fueron configurados de manera distinta debido a la poca o nula educación pagada a la que siempre quedó relegada la mujer a lo largo de la historia, pero este no es el único derecho que se quiere reivindicar. La búsqueda de la conquista del espacio público es también algo ansiado, pues sólo ganándose el derecho de ganarse la vida es como se puede tener una OPINIÓN PROPIA. Las condiciones materiales afectan entonces no sólo el modo de ver las cosas para ambos sexos, sino que también sus modos de actuar.

Cada guinea (moneda de oro que se utilizaba en el Reino Unido) que la narradora está dispuesta a dar se hará en beneficio de una búsqueda de igualdad, libertad y justicia con el fin también de proteger la libertad intelectual. Y es por eso que la pregunta que da inicio al libro es trascendente. Virginia ve un hilo de esperanza en ese gesto de reconocer que la opinión (y aún más y sobre todo la acción) de la mujer también importa.  Ambos sexos resultan oprimidos por el sistema patriarcal, que reivindica la admiración por la guerra y alienta a los pensamientos fascistas y dictatoriales que también subyugan la libertad de otrxs. ¿A dónde nos llevaría el camino si seguimos por la senda que nos ha sido trazada y a la cual podríamos ingresar? ¿Podremos irrumpir con ese camino e ir en busca de una civilización más justa para todxs donde a todxs nos provoque el mismo horror el sólo pensar en la guerra?  Esas son tan sólo algunas de las preguntas que este ensayo responderá.

“Inevitablemente vemos a las sociedades como conspiraciones que hacen desaparecer al hermano privado, a quien muchas de nosotras tenemos motivos para respetar, y en su lugar erigen a un macho monstruoso, de voz fuerte, de puño duro, que se empeña puerilmente en hacer marcas con tiza sobre la superficie de la tierra, dentro de cuyos límites místicos se acorrala a los seres humanos de manera rigurosa, separada, artificial”.

La manera en que cierra el libro me hace pensar en que Virginia era una adelantada no sólo a su época, sino a la actualidad misma. Su rechazo a las etiquetas, y su búsqueda de una igualdad para todxs resulta tan actual y transgresora aún hoy. Un libro que hizo que mis ganas de leer toda su obra aumenten. ¿Lo han leído? ¿Qué les pareció? Si no lo han leído ¿tienen ganas de hacerlo? ¿Habían escuchado antes de él?  ¿Han leído más de Virginia Woolf?  ¡Los leo!

 

 






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Título Original: Three Guineas

Traducción: Laura García

Diseño de tapa e interiores: Victor Malumián

Ediciones Godot  

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